En los márgenes de la ciudad el entretenimiento es escaso. Hay pocos recursos para apoyar la industria del entretenimiento. En términos culturales, la naturaleza profundamente aspiracional de la migración urbana implica que muchas expresiones culturales sean imitativas, lo cual da pie al surgimiento de bandas que tocan covers y a la asimilación de patrones culturales globales. Sin embargo, la imitación es difícil y a veces es más fácil hacer lo propio. La combinación de ingresos bajos y el costo módico de los espacios puede favorecer las economías de escala, si muchas personas compran poco y barato, al final va sumando. De modo que los lugares de entretenimiento en la periferia y en los límites de la ciudad tienden a ser grandes.
Festival de barrio: Xochimilco
Es probable que las fiestas parroquiales, que generalmente se celebran en torno a la iglesia y el barrio, sean la forma más común de evento cultural estructurado en las afueras de la ciudad. No tanto porque de algún modo estén ligadas a la periferia sino porque los eventos o espacios de entretenimiento en el extrarradio de la ciudad son escasos. Se han documentado carnavales en 59 sitios en el Distrito Federal. Cientos si no es que miles de fiestas de barrio se llevan a cabo cada año para conmemorar diferentes sucesos en el calendario religioso. Estos eventos se suelen acompañar de juegos de feria para niños que se montan en torno al centro de la plaza, puestos de mercado que venden pizza, palomitas y algodones de azúcar. Si no hay plaza, se cierra una calle para este fin.
Si el festival cuenta con fondos, habrá un castillo, una torre con estructura de metal con distintos mecanismos para desplegar fuegos artificiales que crea reguiletes de luz, letras y cruces, mientras sale volando en el aire. A veces hay peleas con huevos rellenos de harina.
Según la organización y la cultura del barrio, puede haber conciertos de distintos géneros musicales dirigidos a distintos sectores de la población del barrio, como niños o adolescentes, “la muchachada”. En algunos lugares la competencia entre distintos grupos de organizadores puede resultar en fiestas de barrio cada vez más costosas y complejas, lo cual se refleja en la contratación de grupos musicales importantes y caros; llevar a un grupo famoso a una fiesta local puede ser un éxito.
El orgullo territorial y el sentido de tradición son distintivos de la cultura mexicana y estas fiestas suelen ser costeadas por uno o un grupo de vecinos. La contribución a la fiesta es una forma de marcar el lugar de un individuo en la comunidad. A diferencia de otras nacionalidades, los mexicanos le destinan una parte cuantiosa de sus ingresos al entretenimiento. Una de las razones principales de este fenómeno son las fiestas vecinales. Estos eventos suponen una inversión, en sentido comunitario así como en la estructura de la comunidad. Le permiten a la gente asumir distintos puestos de liderazgo y contribuir a la comunidad de varias formas. Por lo tanto su importancia en el extrarradio es particular pues se trata de colonias más nuevas y comunidades en proceso de conformar una nueva identidad urbana.
Fiestas privadas: Chimalhuacán
En México los eventos comunitarios importantes son los bautizos, las bodas y los quince años, o las fiestas para celebrar los 15 años de las adolescentes. En las afueras de la ciudad se ven a menudo, incluso en las colonias más pobres, tiendas para rentar esmóquines y agencias para contratar limusinas. Hay maestros para los bailes de los quince años. También se contrata un salón de fiestas, un espacio amplio para recibir a los invitados a un bautizo, boda o quince años, con sonido y juegos para los niños.
El espacio también tiene instalaciones para cocinar, pista de baile e incluso un podio. Para la decoración hay varios temas: era espacial, palaciego, paraíso tropical. El salón proporciona las mesas, sillas y un bar.
Los anfitriones ahorran durante años para celebrar con estilo; toda una subeconomía gira en torno del evento, incluso en las colonias pobres. Se deben imprimir invitaciones, tomar fotos y video, diseñar recuerdos de la fiesta. Debido a que el evento es especial, da pie al surgimiento de una economía de productos de mayor calidad. Si el evento cuenta con fondos particularmente sustanciosos, incluirá una banda o por lo menos un dj.
Si bien este tipo de celebración es común en toda la ciudad, la importancia cultural se aprecia mejor en la periferia, en donde la actividad económica que genera es más significativa. Para muchas profesiones creativas, estas fiestas suponen sus únicos ingresos económicos. Como tal, estas fiestas también son una inversión en el sentido de comunidad.
Bares, billares y pulquerías: Naucalpan
El concepto de bar de barrio está prácticamente ausente a la afueras de la ciudad de México. En general, los bares se consideran lugares de vicio alcohólico y prostitución, por lo tanto no parecen funcionar bien en contextos residenciales. En sentido estricto, un bar de barrio sólo atenderá a alcohólicos y en las zonas con mayor influencia rural, estos serán pulquerías, puesto que el pulque es más barato que la cerveza. Dichos lugares son frecuentados por borrachos de todas las edades, y suelen carecer de los detalles de diseño necesarios para atraer a un público distinto. En ocasiones ni siquiera hay música. En estos lugares se va al grano desde temprano y abren durante el día.
Los bares de carretera que atienden a camioneros y a otros viajeros de las autopistas también se ven bastante en las carreteras del extrarradio. Con frecuencia ocultan su verdadera función de prostíbulos y su aspecto suele ser sórdido. Suena música de una rocola y las meseras colocan cubetas de metal llenas de botellas de cerveza en las mesas. Aunque se trata de lugares de moral relajada, no son para alcohólicos indigentes como las pulquerías.
En cambio los billares son muy comunes, ofrecen un ambiente más social para tomarse una cerveza. Debido a que requieren mucho espacio, las rentas baratas del extrarradio permiten que sean más viables que en el centro de la ciudad. Los billares son un punto de encuentro, más que un lugar exclusivo para beber. Dado su tamaño, a veces cuentan con un escenario pequeño para música en vivo o incluso, según la idiosincrasia del propietario, albergan exposiciones pequeñas de artistas locales para aprovechar las paredes. Algunos tienen rocola. En la mayoría de las colonias, será el primer negocio dedicado a socializar en las horas de ocio.
El bar más exclusivo y aspiracional de la periferia es el bar deportivo en el centro comercial local. En él se puede ver a gente joven que aspira a vivir la experiencia del estilo de vida estadounidense tomar cerveza de vasos delgados y largos apoyados en atriles para evitar que se caigan. La música y decoración son genéricas y globalizadas: mesas y bancos de madera, tal vez de la pared cuelguen una rueda de vagón falsa o una trompeta desgastada. Los precios son altos y es raro ver borrachos. Los platos típicos son alitas de pollo y papas fritas. En general no hay música en vivo ni escenario.
Lugares para excursiones familiares: Chalco
El extrarradio rural de la ciudad es un destino para excursiones familiares de un día. Para muchos mexicanos, el turismo culinario es el pretexto para el paseo. En vez de ir a alguna iglesia colonial o ruinas prehispánicas en el campo, cerca de la ciudad, o dar una caminata, las familias se dirigen a los restaurantes familiares en el campo para comer algún platillo especial.
Esos restaurantes se suelen encontrar en las carreteras secundarias a la salida de la megalópolis. En general, se trata de edificios amplios y abiertos con muchas mesas para recibir a grupos grandes de comensales. Por lo regular, detrás tienen un campo o un espacio abierto. A un lado del estacionamiento de tierra se suelen ubicar los juegos para niños o tal vez corrales con algunos animales.
Es común que haya música en vivo, un cantante o un tecladista, que toca los clásicos populares, y de quien se espera que toque complacencias y lidere a todos en alguna canción de cumpleaños. El restaurante tendrá algún plato que sea su atractivo principal, de calidad superior, el pretexto para la salida de la familia. Algunos se especializan en mariscos. Otros en barbacoa, el platillo mexicano de carne de cordero; mixiotes, la carne cocinada al vapor en bolsas de papel encerado; carnitas, cerdo frito; trucha o quesadillas.
La filosofía general es la de calidad y cantidad a un precio razonable con espacio para que los niños corran por ahí y una atmósfera rural. Según su éxito y tamaño, algunos tienen zoológicos en los que se puede tocar a los animales o alguna otra atracción modesta. Algunos de estos restaurantes son muy exitosos y los domingos por la tarde suelen estar a reventar.
Circo itinerante: Tláhuac
Una dinámica común en los límites de la ciudad es que hay pocos lugares de entrenamiento. Sin embargo, hay mucho espacio, lo que la vuelve útil para acoger circos, ferias y otros eventos temporales. El payaso es una figura común en la cultura mexicana, se les ve con frecuencia viajando estoicos en el transporte público o dando espectáculos para niños en espacios públicos.
Una forma de entretenimiento en extinción es el circo itinerante: colocar una carpa en un lote baldío. Hace poco se prohibió el uso de animales en este tipo de circos. Pero antes no era infrecuente ver a las afueras de la carpa un par de camellos cansados o una jaula con un león desanimado, incluso los paseaban por las calles del extrarradio a modo de publicidad.
Con frecuencia estos circos itinerantes son negocios familiares muy viejos que viajan de escenario en escenario. Son un ejemplo del uso de los lotes baldíos de las afueras de la ciudad como lugares para organizar eventos temporales de entretenimiento, desde conciertos hasta ferias y circos. Toda un industria nómada del entretenimiento se mueve en la periferia con sus tráileres, juegos de feria, instrumentos y animales.